Ahí va otra historia disparatada; espero que os guste:
EL PARAGUAS
Está claro que, más o menos, todos sabemos lo que es un paraguas. Sabemos que son seres anfibios, como las ranas y los garbanzos. A veces están en el agua y a veces están en los paragüeros.
El origen de los paraguas es horrible. El paraguas es hijo de un bastón y de un murciélago. De su padre, el bastón, ha heredado la forma. De su madre, la murciélago, ha heredado la idea de dormir colgado. También tiene una prima lejana que es la sombrilla.
Sabemos que los paraguas son miedosos y si los dejas solos en una pared se hacen pis y dejan un charquito.
Esto es lo que todo el mundo sabe de los paraguas pero, ¿y lo que nadie sabe?
Los paraguas son unos de los seres más olvidados: nos los olvidamos en todas partes! ¿Qué hacen en las tiendas con todos esos paraguas al final del día? ¿Los mandan a África? Sería una chorrada porque allí nunca llueve...
Sólo hay una tienda en la que no nos olvidamos los paraguas: la tienda de paraguas.
Ahora nadie entra en una tienda de paraguas gracias a los chinos, que son unos señores bajitos con jersey a los que, cuando empieza a llover, se les llenan las manos de paraguas. Lo que pasa es que los paraguas de los chinos valen sólo para un chubasco. De hecho, el chino que te vende el paraguas está con un racimo de paraguas en cada mano... y no está usando ninguno, se está empapando! Dice muy poco de un paraguas que el que lo vende prefiera mojarse antes de abrir uno...¿Qué pasa, que si se mojan se rompen? Claro, tienen un sensor que detecta la última gota del chubasco y luego se autodestruyen!
Pero no sirve de nada: en cuanto llueva, te dejarás el paraguas en la tienda, se lo comprarás a un chino, se autodestruirá y te mojarás.
Alaia Patino
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